(Multimedia) Visita de ministro israelí a complejo de la mezquita Al-Aqsa provoca preocupaciones

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JERUSALÉN, 4 ago (Xinhua) — La visita este domingo del ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben-Gvir, al complejo de la mezquita Al-Aqsa, en Jerusalén Oriental, provocó condenas regionales y aumentó las preocupaciones por una escalada de las tensiones.

Este acontecimiento tuvo lugar mientras continuaban los ataques israelíes por toda la Franja de Gaza. El domingo, decenas de palestinos fueron asesinados en camino a los puntos de distribución de ayuda, entre crecientes críticas globales que acusan a Israel de crear condiciones similares a una hambruna en el asediado enclave palestino.

La visita también se produjo después de que Hamás publicara videos mostrando a un rehén israelí en Gaza que aparecía visiblemente frágil y demacrado. Las imágenes provocaron indignación pública en Israel e intensificaron la presión sobre el Gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu, para alcanzar un acuerdo de devolución del resto de rehenes.

En un mensaje de video grabado durante su visita y publicado en X, Ben-Gvir dijo: “Precisamente desde aquí, se debe enviar un mensaje: para asegurarnos de que conquistamos toda la Franja de Gaza, declaramos la soberanía sobre toda la Franja de Gaza, eliminamos a todos los miembros de Hamás y fomentamos la migración voluntaria (de palestinos de Gaza)”.

“Solo de esta manera traeremos de vuelta a los rehenes y ganaremos la guerra”, agregó.

La Oficina del Primer Ministro de Israel emitió un comunicado, tras esta visita de Ben-Gvir, señalando que la política israelí de mantener el statu quo sobre el terreno “no ha cambiado y permanecerá sin cambios”.

El complejo de la mezquita Al-Aqsa está situado en Jerusalén Oriental, territorio capturado por Israel en la Guerra del Medio Oriente de 1967, que se anexionó poco después. El complejo ahora está administrado por el Ministerio de Awqaf y Asuntos Islámicos jordano, a través de su Departamento de Asuntos de Jerusalén Awqaf y Mezquita Al-Aqsa, si bien lo custodia la Policía israelí.

Bajo un statu quo de larga data, los judíos pueden visitar el sitio, pero no rezar allí. Sin embargo, durante los últimos años, algunos israelíes de extrema derecha han orado cada vez más en ese lugar.