Especial: Miles de venezolanos se alistan en ejercicios cívico-militares ante tensiones con EEUU

0
4

Por Meng Yifei y Liao Siwei CARACAS, 23 sep (Xinhua) — Bajo carpas blancas instaladas cerca de una plaza en el centro de Caracas, la capital de Venezuela, decenas de milicianos y residentes escuchan con atención a soldados que imparten técnicas de combate. Son parte de los ejercicios “Los Cuarteles van al Pueblo”, una iniciativa de las fuerzas armadas venezolanas que desde el 20 de septiembre se despliega en todo el país como parte de su preparación defensiva. La movilización ocurre en un contexto de creciente tensión geopolítica. Hace más de un mes, Estados Unidos anunció el despliegue de activos militares en el sur del mar Caribe, argumentando una supuesta lucha contra el narcotráfico. Este movimiento ha generado preocupación y ha despertado un fuerte sentido de unidad nacional en Venezuela, donde muchos ciudadanos han optado por alistarse y recibir entrenamiento como parte de su rutina diaria. En la Plaza Bolívar de Caracas, presidida por la emblemática estatua ecuestre del libertador Simón Bolívar, resuenan ecos del pasado independentista del país. Hoy, ese legado se traduce en miles de venezolanos que, organizados en milicias, se preparan para la defensa territorial desde sus propias comunidades. En el populoso barrio Pinto Salinas, al norte de la capital, la movilización fue palpable días antes de los entrenamientos. La pequeña plaza local se llenó rápidamente de personas interesadas en sumarse a la Milicia Bolivariana. “Estamos dispuestos a avanzar en los entrenamientos, cada cual según su capacidad”, dijo a Xinhua Zulay Padilla, una vecina de la zona. “Yo no tengo mucha capacidad física, pero sí mucha psicología mental. Puedo contribuir de muchas maneras a la defensa de la patria. Cada uno de nosotros jugará un papel importante y fundamental. Que lo sepa Estados Unidos y que lo sepa el mundo entero: amamos la paz, pero damos la vida por defender nuestra tierra”, afirmó Zulay. En el mismo lugar, José López, miliciano desde hace más de una década, enfatizó que el compromiso va más allá del uniforme. “Somos una nación que ha resistido con la voluntad de su pueblo. Después de años de bloqueos y sanciones, alistarse es estar presente en cada trinchera. Solo pedimos que nos dejen vivir en paz”, expresó José a Xinhua. Eduardo López, de 77 años, fundador de una unidad de milicia, comentó a Xinhua que está acostumbrado a las amenazas. “Quizás en lo material, pero no en el espíritu. Tenemos moral de combate y voluntad de perseverar”, dijo el veterano. La convocatoria ha unido a distintas generaciones. Shirley Rincón, de 64 años, se inscribió junto a su hija de 20 y otros familiares tan pronto como conoció la convocatoria. “Esto es un llamado de la patria. Aunque soy mayor, estoy lista para servir. En combate, puedo cocinar o atender a heridos. Haré lo que sea necesario”, señaló Shirley. La participación ha sido masiva. El pasado 13 de septiembre, casi 5.000 personas -nuevos milicianos, efectivos policiales, reservistas y veteranos- asistieron al polígono Libertador de Caracas para recibir instrucción teórica y práctica, incluyendo manejo de armas. “Todos tenemos conciencia de lo que hacemos”, manifestó el sargento primero Fernando Alzuru, al destacar que “nadie nos paga ni nos manipula. Esto nace del corazón, de la conciencia nacional, de conocer nuestra historia para preservar la independencia y no claudicar jamás”. A pesar de la intensa movilización militar, el orden social en Venezuela se mantiene estable. No se han registrado disturbios ni alteraciones significativas como consecuencia de las amenazas militares de Estados Unidos. “La amenaza militar de Estados Unidos ha creado la impresión errónea en el exterior de que Venezuela está sumida en la inestabilidad. Mis familiares y amigos en el extranjero no dejan de enviarme mensajes preguntando, y aquellos que originalmente planeaban visitarnos por turismo o para reuniones familiares se han echado atrás por esto”, dijo Ingrid Bracho, una artesana de Caracas. Mencionó que aunque su negocio se ha visto afectado, la vida de ella y su familia continúa con normalidad. Sigue atendiendo su puesto como siempre. Uno de sus hijos trabaja en una barbería durante el día y por las noches en un restaurante, sin cambios respecto a lo habitual. Durante los últimos días, periodistas de Xinhua recorrieron varias zonas de la capital, donde constataron que las calles están llenas de gente, los comercios funcionan con normalidad y los supermercados están bien surtidos, con productos incluso en oferta. No se observó acaparamiento ni compras descontroladas. En entrevistas con Xinhua, muchos ciudadanos condenaron la presión militar de Estados Unidos, pero coincidieron en que los que más ha afectado su día a día son las sanciones económicas impuestas por ese país durante años. A medida que cae la tarde, el sol baña de luz las plazas de Caracas. Una pareja compra helados, niños corren por el parque y grupos de vecinos conversan frente a los restaurantes. En medio de la incertidumbre, la vida continúa. “Aquí no hay miedo”, resumió López, “sino el espíritu de combate y la unidad. Es lo que compartimos”. Fin