
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, habla en la inauguración de la Cumbre de Líderes que antecede a la 30ª Conferencia de las Partes (COP30) de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en Belém, estado de Pará, Brasil, el 6 de noviembre de 2025. (Xinhua/Lucio Tavora)
Entrevista: La Cooperación China-Brasil tiene potencial para acelerar la transición energética y reducir las emisiones, afirma experta
SAO PAULO, 11 nov (Xinhua) — La cooperación entre China y Brasil en materia climática representa una clave para acelerar la transición energética hacia una economía de bajas emisiones de gases contaminantes, afirmó la ingeniera agrícola Marina Guyot, gerente ejecutiva de Clima, Uso de la Tierra y Políticas Públicas del Instituto de Manejo y Certificación Forestal y Agrícola (Imaflora), en el marco de la COP30.
Guyot destacó durante una entrevista con Xinhua el papel protagónico de China, tanto en la reducción de emisiones como en el desarrollo de energías renovables y restauración forestal.
“Sin duda, el compromiso de China de reducir significativamente sus emisiones y de neutralizarlas hasta 2060 es muy significativo para las metas globales”, señaló el representante de Imaflora, una asociación civil sin fines de lucro.
El especialista recordó que el país asiático “se ha convertido en el que más utiliza energía renovable, y es bastante sorprendente lo que ha logrado en la última década en materia de transición energética y restauración forestal”, y añadió, las metas chinas están encontrando correspondencia con los resultados alcanzados.
La ingeniería agronóma brasileña subrayó también la importancia del multilateralismo como marco de gobernanza global para enfrentar el cambio climático.
“El multilateralismo es un instrumento de gobernanza importante. Aunque presenta desafíos de pragmatismo, es adecuado porque el cambio climático es un desafío global, que depende de que múltiples partes asuman sus responsabilidades de forma coordinada”, explicó.
Observó que las instancias multilaterales, como la Conferencia de las Partes (COP) sobre la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, “son fundamentales para tener una referencia común, medir el progreso y garantizar una base de entendimiento compartido entre los países”.
A su juicio, los mecanismos multilaterales “permiten una discusión más justa y equitativa del problema, reconociendo que los países más pobres tienen mayores dificultades para adaptarse y que existe un pasivo histórico en el que justamente esas naciones, aunque sean las más afectadas, han sido también las más explotadas”.
Sin embargo, Guyot matizó que la cooperación bilateral puede y debe complementar el sistema multilateral.
En ese marco, se refirió a la influencia de China, que es el principal socio de Brasil desde 2009 adquiriendo sobre todo “commodities” agrícolas y minerales de hierro.
“Brasil y China tienen mucho que colaborar porque son socios comerciales muy expresivos uno del otro”.
En este sentido, apuntó que la cooperación puede centrarse en las cadenas agropecuarias, especialmente en la producción de carne y soja, sectores relevantes tanto para el comercio como para la reducción de emisiones de gases contaminantes.
“Todas las cuestiones relacionadas con las emisiones en la producción de esos productos -principalmente ganadería y soja- son un campo enorme de colaboración posible entre los dos países, tanto en financiación, buenas prácticas y transición hacia una producción más responsable, como en monitoreo, incentivos y certificaciones”, explicó.
Guyot recordó que el Imaflora lanzó recientemente el sistema de certificación “Beef on Track”, que reconoce los protocolos ya aplicados por la industria pecuaria brasileña.
“Es un sistema que crea la oportunidad de que China reconozca esos esfuerzos y genere incentivos positivos para ampliar el monitoreo”, comentó la gerente de Imaflora.
“La ganadería es una actividad muy relevante para las emisiones brasileñas y tiene todo el potencial para entregar buenos resultados en su reducción. Que China reconozca y adopte esta certificación en su relación con Brasil puede ser una medida muy prometedora”, sostuvo.
La experta también señaló que existen instrumentos consolidados en la producción de soja, como el “protocolo verde de los granos” o la “moratoria de la soja”, que han permitido separar la expansión agrícola del desmonte ilegal.
Además de la agricultura, Guyot resaltó que China cuenta con un programa forestal destacable de áreas restauradas.
En ese campo, dijo la experta de Imaflora, “hay una enorme posibilidad de colaboración en la restauración forestal”.
“Sin duda, toda la agenda climática, desde la restauración forestal hasta las energías renovables, es un espacio de convergencia entre Brasil y China. Por la relevancia económica que uno tiene para el otro, son asociaciones que pueden ser muy bienvenidas y deben estar estructuradas de manera más sólida”, añadió.
La COP30 se desarrolla del 10 al 21 de noviembre en la ciudad amazónica de Belém, estado brasileño norteño de Pará.







